Conozco desde hace diez años a Floriano
Martins (Brasil, 1957), primero en la virtualidad y tiempo después en persona, en
mutuos desplazamientos y complicidades entre México y Brasil. Supe de él porque
su nombre pululaba en la Red como abejas en primavera. Sabía que existía porque
amigos comunes me hablan de su apariencia y su infatigable dinamismo cibernético,
además del empuje de Agulha en toda América Latina. Tiempo después lo vi
desempeñarse con éxito en la gestoría cultural en acciones como la Bienal del libro
de Ceará, en la elaboración de numerosas antologías literarias, entrevistas culturales,
traducciones, investigaciones sobre fenómenos como el surrealismo y en torno a personajes
del mundo intelectual y artístico, además de su trabajo editorial. Pero sobre todo,
Martins circulaba y circula en Internet con sus poemas visuales y verbales. Su trayectoria
como agente cultural está asentada de manera particular en sus proyectos Revista
Agulha Hispânica y Editorial Banda Hispánica. Si no fuese porque lo conozco
bien y nos une una amistad entrañable, seguiría cautivo de mis dudas iniciales,
cuando me cuestioné, ¿no será Floriano Martins una invención de cibernautas brasileños,
no será un virus electrónico o una marca registrada? Pero no, Floriano existe y
se desempeña de manera global, solitaria, desde su casa en Fortaleza, en el Barrio
de Aldeota. Esta conversación se hizo en chat, mirándonos las caras y escuchando
nuestras voces, escribiendo. Comenzamos… [JAL]
JOSÉ ÁNGEL LEYVA Eres una persona formada en el Brasil de las máquinas
Olivetti, en el ritmo de la tecla mecánica y la hoja en blanco. Eres lo que llamamos
un migrante cibernético. ¿Cómo fue tu transición hacia la computación y el descubrimiento
de Internet como herramientas de comunicación y creación?
FLORIANO
MARTINS El mundo no ha pasado así de una era para otra, por efecto
mágico. Todo sigue aún mezclado y de algún modo bien confuso. El encantamiento con
los aparatos tecnológicos ha llevado a muchas equivocaciones. Internet no es una
herramienta de creación. No se trata de una guitarra, un bolígrafo o una cámara
fotográfica. Es una herramienta de transmisión de la creación, o sea, una herramienta
de comunicación. Por supuesto, sorprende su inmediatez en una época casi agotada,
justamente por la ansiedad de lo inmediato. Nuestras sociedades son movidas por
efecto de marketing; son sociedades que sufren a diario la tempestad de las frases-efecto
del mundo de la publicidad. Hacer que circule cultura por las venas de la Internet
es un desafío permanente.
JAL
En un país continental como Brasil es difícil tejer un sistema de comunicación individual
con una comunidad tan vasta de poco más 200 millones de habitantes. Tú lo has hecho
no sólo en tu país sino entre los países de habla hispana y portuguesa desde tu
estudio y con el empeño de una araña que amplía su red de contactos estratégicos.
¿Qué ha representado el proyecto Agulha/Banda Hispánica?
¿Qué sorpresas has tenido en tus expectativas de comunicación y culturales?
FM El milagro está en la locura. El primer plano fue la creación de lo que llamas
red de contactos estratégicos. Hoy contamos con 150 mil direcciones electrónicas
vigentes, confirmadas, un número en permanente actualización. En los primeros diez
años trabajaba conmigo en la coedición de Agulha –Revista de Cultura-- el
poeta Claudio Willer. Esta revista cerró sus actividades editoriales el año pasado.
Creí necesario concentrar mi trabajo en dos bases concretas, las culturas de lenguas
española y portuguesa. Así que desde enero de 2010 traté de crear el Proyecto Editorial
Banda Hispánica y el Proyecto Editorial Banda Lusófona. Son dos espacios de difusión
de la poesía de más de 20 países en el mundo. Además, el Proyecto Editorial Banda
Hispánica incluye la revista Agulha Hispânica y una colección de libros virtuales,
Colección de Arena. Trabajamos para abrir y ampliar los puentes de contacto entre
todas esas culturas. Es indispensable la presencia de contactos en varios sitios,
en grados distintos. Los más cercanos a nosotros, en términos de complicidad, son
las revistas La Otra (www.laotrarevista.com, México –una relación que existe
desde sus primeros momentos, cuando todavía se publicaba la revista Alforja),
Matérika (www.materika.org, Costa Rica), TriploV (http://revista.triplov.com,
Portugal) y ahora más recientemente la brasileña Via Política (www.viapolitica.com.br/principal.php).
Pero a través de estas mismas publicaciones, así como de otras, tenemos actuación
en el mundo impreso, en proyectos editoriales que tratan también de la publicación
de libros, entre ellos la revista Blanco Móvil (www.blancomovil.com, México)
y las Ediciones Nephelibata (http://edicoesnephelibata.blogspot.com/, Brasil). En
nuestro caso, el mundo posible está definido por la presencia constante del Jornal
de Poesia (www.jornaldepoesia.jor.br), donde estamos anclados. El acceso a los
dos proyectos es: www.jornaldepoesia.jor.br/bhportal.html y www.jornaldepoesia.jor.br/blportal.htm.
Además contamos también con una página en Facebook: www.facebook.com/home.php?#!/pages/Floriano-Martins/126010980763188?ref=mf,
que permite una más amplia circulación. Creo que sólo con mencionar la existencia
concreta de esos puentes de comunicación ya estamos hablando de expectativas atendidas,
de la riqueza de un proyecto que avanza y avanza y avanza.
JAL
También está el Portal brasileño Cronopios, que señala una movilización de
más de 2 millones de páginas ¿Cuál es la relación o relaciones directas entre la
realidad virtual, el soporte electrónico en el que trabajas, y la realidad real
que vives cotidianamente? ¿Qué cambios adviertes ha sufrido tu persona en la toma
de decisiones y en la manera de sentir y definir el mundo global y el local?
FM Es increíble esa facilidad para hablar de Internet como si fuera un ser vivo.
Imaginemos los cambios favorables a cualquier actividad humana cuando uno alcanza
nuevas herramientas, más modernas y con nuevas capacidades exploratorias. Por supuesto
que es una maravilla manejar un coche automático. Pero detrás de la máquina estará
siempre el hombre y el cambio verdadero está definido por su actuación. Es indiscutible
que las relaciones de trabajo ganan en su relación con el tiempo y espacio en que
se mueven, es una obviedad. Por otro lado, no veo la importancia de buscar comparaciones
entre las dos cosas.
JAL
Hay una lucha entre ese mundo virtual, de lectores y conversadores, navegantes,
comunicadores, exploradores y la realidad de nuestros países, el analfabetismo total
y funcional. Hay grandes sectores de la población que están al margen de este avance
tecnológico y este espacio que habitamos los cibernautas porque aún no arriban a
la lecto-escritura: sociedades ágrafas en su mayor parte. ¿Cómo vislumbras esta
contradicción, estas dos velocidades educativas en el contexto de nuestros países
latinoamericanos?
FM La gente que vive o está al margen de la realidad no tiene que ver propiamente
con las herramientas, sino con la violencia con que tratamos de estructurar nuestras
sociedades. Siempre hubo analfabetismo total y funcional, con o sin Internet. La
velocidad con que circulan las informaciones es un espejismo: nos hace creer que
las cosas están peores. Tampoco mejores. Vivimos en una parálisis capaz de enloquecernos
sólo de pensarla. Son de una barbarie total las formas como nuestras sociedades
tratan temas básicos como educación, salud, habitación y la asistencia social en
sus patrones más elementales. Lo peor de todo eso es que siempre que uno habla de
los errores de nuestras sociedades apunta todos los dedos hacia los gobernantes.
Es preciso entender que un intelectual o un artista, al formar parte de un gobierno,
sea como secretario de cultura o como presidente de una biblioteca nacional, es
parte del juego. No veo entonces una contradicción con lo que sugiere la pregunta.
A juzgar por el casi inexistente porcentaje de compromiso de la clase intelectual,
además de los visibles negocios generados en nombre de la caída de calidad en el
arte, sometido a los caprichos de la llamada cultura de masas, yo diría que los
más cultos son los verdaderos incultos. Son los verdaderos criminales.
JAL ¿Crees
que el ciberespacio fomente o provoque una nueva sensibilidad, un nuevo diálogo,
una nueva lecto-escritura?
FM Como un nuevo bolígrafo o una nueva guitarra…
JAL ¿Qué
es lo mejor y lo peor que vives en ese nuevo hábitat cultural llamado Internet?
FM No considero lo peor en ningún sentido. Toda la basura que circula en Internet,
por ejemplo, es la basura humana, no tiene que ver propiamente con la herramienta.
El hombre es el principio y fin de todas las cosas, el rey absoluto de la gracia
y desgracia en la tierra.
JAL
Dices que Internet moviliza un mundo de basura informativa y cultural. Si algo produce
esta sociedad de consumo son desechos. Creíamos haber ganado tiempo con las herramientas
electrónicas pero ahora nos enfrascamos al dilema de la confusión y la discriminación
informativa, la ciberbasura. ¿Cuál es tu experiencia en este aspecto, entre tu tiempo
y tus resultados creativos?
FM Lo que pasa es que no cambiamos de hombre –ni de hambre, si pensamos en nuestra
hambre milenaria de poder--. Detrás de las máquinas está el mismo hombre. El escenario
sigue con su raíz en la educación. La cultura es un reflejo de la sociedad. La educación
funciona como su casa motriz, la fuente de cambios. Pero la educación no implica
sólo conocimientos, también incluye despertar y estimular la sensibilidad, la generosidad,
la complicidad, el sueño, en fin, tratar de ubicar al hombre en su sitio terrenal,
social, cósmico. Sucede que no llegamos a buen término ni siquiera en la educación,
como mero instrumento de transmisión de conocimiento. La basura que circula en Internet
tiene por lo menos tres fuentes principales. La primera es la violencia de los virus,
la estupidez criminal de gente que simplemente desea el mal del otro. La segunda
es la tempestad de anuncios, la vorágine de la publicidad. La tercera es esa mezcla
de inocencia y vanidad que hace que la gente sienta la necesidad de presentarse,
de mostrarse, de exhibirse, ya sea mostrando un texto, una obra de arte, sus fotos
familiares, sus confesiones, sus puntos de vista sobre una infinidad de temas, etc.
Pero todo es parte del mismo circo, además, reflejo exacto de nuestro tiempo.
JAL
Es cierto, la tecnología no hace mejores personas. Solemos pensar que gracias a
estas nuevas herramientas de comunicación e información se democratizan las sociedades,
pero ¿quién nos salva de ese Mundo Feliz descrito por Aldous Huxley o del 1984,
del Gran Hermano, de Orwell? Poco a poco, el mercado también muda sus barreras de
peaje para imponerlas a los navegantes de la Red. ¿Has reflexionado sobre la gratuidad
de tu labor y la imposibilidad de llevarla a cabo cuando cada acción tenga un costo
y una acción legal para el cibernauta? Que de hecho ya las tiene.
FM Nosotros tenemos dos áreas de actuación en que cobramos algo. La colección
de libros virtuales y la realización de documentales. Es verdad que el Gran Hermano
en este caso se llama el Gran Mercado. Pero siempre regresamos al punto de partida,
al nido de la parálisis humana. El problema no está en el mercado, sino en su práctica
en proporciones deshumanas. Por supuesto que es plenamente posible ofertar servicios
artísticos y culturales de buena calidad por Internet, de manera contractual, o
sea, como un trabajo igual a lo que se realiza en otros ambientes de comunicación.
Desde ya pensamos que para el proyecto cultural que realizamos lo mejor sería convertirlo
en una fundación. Ya veremos.
JAL
Por último ¿puedes imaginar, y cómo, tu vida profesional e intelectual sin estas
herramientas de la cibercultura?
FM Por supuesto que no. Es una prueba de que algo en el hombre puede cambiar,
¿no? (risas) Pero sabemos muy bien que, en general, los artistas e intelectuales
no se acercan mucho a Internet y todavía menos en el sentido como nos aproximamos
quienes realizamos el trabajo que aquí estamos tratando. Es lo mismo, por ejemplo,
con las revistas impresas. Hay dos o tres poetas que se interesan en crear revistas
para divulgar la poesía, y millares de poetas que desean simplemente publicar sus
poemas.
[2010]
[Entrevista
concedida a José Ángel Leyva, originalmente publicada na revista UIC. Foro Multidisciplinario de la Universidad
Intercontinental # 18. México, octubre de 2010. Integra o livro O
hábito do abismo (Entrevistas com Floriano Martins), de Márcio Simões (ARC
Edições: Fortaleza, 2013).]
Nenhum comentário:
Postar um comentário